Estéticas de la locura en “Das Unheimliche” de S. Freud y “The shining” de S. Kubrick
La locura es una temática que ha ocupado por mucho tiempo y a diversas vertientes de estudio, entre ellas el psicoanálisis. No obstante, la estética -y aún más- las estéticas de la locura, no son ámbitos que puedan ser considerados centrales dentro de la tradición investigativa psicoanalítica; en esa marginalidad es la que Freud inscribe su indagación en Das Unheimliche (1919), texto que aborda un campo de lo estético traducido al español como «lo ominoso» o «lo siniestro». Es a través de un diálogo entre esa obra y la película The shining (1980, traducida al español como El resplandor) de Stanley Kubrick, que se analizan las propuestas estéticas de la locura, para efectuar una indagación sobre la fascinación por lo angustiante.
Para ello se construyó un método basado especialmente en el modo utilizado por Freud para la realización de sus conferencias y la triple referencialidad presente en Das Unheimliche: disertación lexical, interlocución con lo artístico y discusión con un doble contradictor (a manera de diálogo artificial); todo ello siguiendo una premisa orientadora: ¿cómo y qué de la locura dan a ver en sus obras?
Lo concerniente a la mirada resultó particularmente relevante, pues dirigió la estrategia investigativa mientras brindó elementos de especial pertinencia para el análisis de las obras. Al respecto, los principales hallazgos del análisis de The shining y Das Unheimliche es que en sus representaciones de la locura, esta última actúa de manera arquitectural en su composición y apreciación estética, su talante es des-estructurante, de ahí que posibilite una angustiante fascinación, en particular ambas obras constituyen un fascinante abismo laberíntico, un espejismo de lo demoníaco o maligno que puede resultar el reflejo de la locura y lo enloquecedor de sí. Precisamente, ambas obras funcionan como sus propios dobles: Das Unheimliche es unheimliche y The Shining es laberíntica (y también unheimliche, Kubrick se inspiró en el texto freudiano para su película), esto de manera performativa ya que son obras íntimas, secretistas, especulares, inquietas, encriptadas, atractivas, demoniacas, repetitivas… locas. En pocas palabras, en el tratamiento estético y de lo estético confluyen los recursos estilísticos y la manera misma en que se representa la locura. Del diálogo entre ambas obras también se desprendieron algunos baluartes clínicos: la angustia ante el descubrimiento, las torceduras temporales de lo «no del todo extinto» y su relación con la transferencia como actualización, lo poético adelantado a lo analítico, la relevancia de la literalidad, la preponderancia de la observación de sí, entre otras.
Por último, las principales formulaciones teóricas derivadas del análisis y discusión -especialmente con estudios antivisuales- de las obras seleccionadas son: lo inmirable, lo no trasladable a imagen; el desoje, angustia y pérdida del ojo (físico y metafórico); el desvelo, la fascinación como locura de vigilancia incesante; y las sublificaciones, entrecruce entre la sublimación (proceso), lo subliminal (estado-condición) y lo sublime (efecto). Se concluye que el legado de Kubrick y Freud no es haber dicho las últimas palabras sobre el «shining» y lo «Unheimliche», sino palabras que siempre habría que considerar para incursionar en ellas.
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Licencia de imagen: «Stanley Kubrick» by Xandriss, Single Line Artist is marked with CC BY-SA 2.0.